Este término se utiliza para describir tratamientos que consisten en la aplicación de formas de energía al cuerpo. El objetivo es producir efectos para mejorar los síntomas o lograr la recuperación.
La eficacia de estos tratamientos no se ha demostrado en ensayos clínicos, pero algunos pacientes consideran que les alivia el dolor. Es posible que haya un efecto de calentamiento local. El riesgo de lesión es bajo, pero también lo es la probabilidad de beneficio. Por ello, se considera que es una de las opciones de tratamiento de menor eficacia.